Tuluá jamás ha podido darse cuenta de cuando comenzó todo, y aunque ha tenido durante años la extraña sensación de que su martirio iba a terminar el 9 de abril de 1949, el dolor, la muerte y la desidia, vendrían nuevamente en la forma menos esperada. El hombre más piadoso y religioso de Tuluá se convertiría en "El Cóndor", el verdugo del pueblo.
Premio Manacor 1971
Estado: Muy bien | Tapa dura.
Editorial: Ediciones Destino | 1972
Páginas: 146
Medidas: 18'5x12 cms.
Cóndores no entierran todos los días | Álvarez Gardeazábal, Gustavo
SKU: Ext-Clásicos Españoles
3,00 €Precio